Jessi Uribe... ¡Repítela!
- Martín Franco
- Mar 26, 2021
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Tremendo revuelo se armó en redes (¿cuándo no?) por cuenta de una entrevista de Vicky Dávila al cantante de música popular Jessi Uribe. Todo el escándalo se resume en una nimiedad, como suelen ser, casi siempre, los alborotos de las redes sociales: que, respondiendo a una de las preguntas de Dávila, el artista revelara su gusto por el expresidente Álvaro Uribe. Eso bastó para desatar la tormenta: todos los tuiteros se le fueron encima, cual jauría, diciéndole que se dedicara a cantar, que iban a dejar de seguirlo, que mejor se quedara callado y blablablá. Hasta el caricaturista Matador —a quien muchos califican de “agudo”, vaya uno a saber por qué— tiró un trino diciendo que él no sabía quién era “esa señora” ni qué cantaba.
Más allá de que a uno le guste o no un cantante, lo cual es normal, me llama la atención el tema de los artistas y la política. Lo digo porque parece como si nos molestara profundamente el hecho de que un cantante diga que apoya a tal o cual político, y descalificamos su opinión con un displicente “dedíquese a cantar”, como si más allá de su profesión no fuera también un ciudadano igual a cualquier otro, con opiniones y gustos y visiones políticas. Que uno no esté de acuerdo con ellas es otra cosa, pero eso no le quita el derecho a decir públicamente lo que piensa. Al contrario: deberían hacerlo más, a ver si así dejamos de lado ese puritanismo pendejo que nos caracteriza y que nos lleva a pensar que “es mejor no hablar de política ni religión” para no ofender a nadie.
Y aunque no sea el caso de Jessi Uribe, lo sabemos, no hablemos ya de las relaciones entre música y política, y de las decenas —cientos, miles— de cantantes que la han involucrado en sus letras y composiciones. El arte es un reflejo de la vida, a fin de cuentas, y de una u otra forma todo es político. Así que en vez de menospreciarlo por sus opiniones, o de creernos mejores que él haciendo el chiste fácil de que “no sabemos qué canta esa señora”, aprendamos a vivir con esa diferencia, a tolerarla: de eso se trata esa paz que tantos pregonan pero que no son capaces de aplicar. Si no podemos aguantar eso, entonces a lo mejor es que todavía nos falta mucho por aprender.
Recalco, por si acaso, que no defiendo a Jessi Uribe, aunque parezca: defiendo su derecho a expresar su opinión política, sea cual sea, así no esté de acuerdo con ella. Que diga lo que quiera, así no nos guste: después de todo, los artistas no son ni deberían ser faros morales. ¿Que lo que está diciendo es una tontería? ¿Que es irresponsable? ¿Que acaso no se da cuenta de la realidad? Esas son cosas que ya cada uno podrá resolver con su propio criterio.
Así que adelante, Jessi… ¡repítela!
Abril 29 de 2020
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